La Casa de la Juventud de Unquera acogió hace unos días la presentación del libro 'La mujer del maquis' de la periodista Ana Cañil, reciente premio Espasa de Ensayo por esta obra que narra la historia de amor del maquis Paco Bedoya y Leles con la que tuvo un hijo, Ismael.
Entre ellos se encontraban Teodoro Escobedo que junto con sus padres y hermanos fueron encarcelados por dar cobijo en el molino de Entreambosríos (La Acebosa) durante dos noches a Paco Bedoya, con el que después compartió celda en la cárcel.
También estaba presente Luisa Pérez de Gandarilla que tuvo un hijo con otro de los maquis, Popeye, sufriendo también la cárcel por ello. Arsenio Pérez también es otro de los protagonistas cuya familia también fue encarcelada por dar ayuda a los emboscados, sufriendo posteriormente un destierro en Polientes. María Vega, también forma parte de las trágicas historias vividas, así como María Eugenia y Pepe Elizalde.
En este video la propia escritora cuenta su contenido que es parte de nuestra historia ya que para bien o para mal Paco Bedoya era de Serdio.
..
.
.
Fuente: Eldiariomontañes.com y Soitu.es
.
Quiero contar que me da gusto encontrar blogs de cantabria en la red. Tambien mucha pena no haberlos encontrado mucho tiempo antes , siempre buscaba noticias de la montaña para comentar con mi padre Luis san honorio quien el 7 de noviembre fallecio victima de un cancer de pulmon dejandome solitario guardandome historias que ya no tengo con quien hablarlas.Mi padre era de abanillas y mi abuelo tambien y siempre era un gusto oirlos a ambos contar sus vivencias , ahora solo me quedan tristezas , a él le hubiese gustado volver algun dia a su tierra cosa que jamas pudo hacer y hoy me entero que en la mujer del maquis hacen mencion a mi "viejo" no puedo mas que contener las lagrimas .
ResponderEliminarPues eso hace unos meses se fue mi primo ismael san honorio , mi tio agustin gomez ,mi tia leles y ahora mi padre , todo en muy poco tiempo asi es que queria decirlo .
Hola Luis, nos alegra mucho que hayas encontrado este blog. Aquí casi todo el mundo está leyendo el libro, y a la gente más joven que no vivimos en aquella época y sabemos más bien poco de aquellos acontecimientos, nos está sorprendiendo lo que estamos leyendo.
ResponderEliminar¿Harán algún día una película del libro?.
Un saludo y esperamos que nos sigas visitando y a ver si los de Abanillas se animan a hacer un blog o web.
Buen libro. He terminado de leerle hace poco.
ResponderEliminarHay muchas historias de la guerra y posguerra, que como la del presente libro, el cual me encantó, que merecen ser contadas.
ResponderEliminarNosotros, la gente joven, tenemos que saber la historia, que muchas veces se nos ha negado. El pueblo español ha sufrido mucho y hemos de aprender de ello, empezando por saber lo que pasó. Igual que el pueblo alemán o el chileno se ha enfrentado ya sus fantasmas, nosotros tb debemos.
Al leer el libro se me caian las lagrmas de pena, de leer todo lo que sufrieron estas familias, la palizas, etc. De todos al que más conozco es a Vidalin, nunca me imagine lo que este hombre y su familia pudo llegar a pasar.
Un saludo
Silvia Caloca Casado
Serdio
Me gustaría, que quienes estamos unidos por este tema, pudiéramos vernos un día: cena, comida, cafe...,¡ seguro, que nos unirá algo más que un pasado !. Estoy escribiendo un libro de mi pueblo Cudón, en el que añado referencia a Bedoya, Guanín y a la moto Derby 125 cc en la Que Paco Bedoya encontró la muerte, pues la compró un paisano del pueblo en subasta - recuerdo los impactos de bala en el motor. Estaría interesado en fotos de la motocicleta. javi3363@hotmail.com
ResponderEliminarJosé Javier Balbontín González. Santander
Es cierto, hay que conocer la historia y el pasado para no cometer los mismos errores, cosa difícil en los humanos.
ResponderEliminarPero todas las versiones de la historia, no sólo una. También la de la gente que sufrió los efectos de estos guerrilleros que ahora se nos presentan como héroes idílicos.
Aquí no sólo nos habíamos enfrentado a nuestros fantasmas, además estaban ya bien enterrados. Pero hay a quien le interesa resucitarlos para obtener rédito.