Las fiestas de Basturs - pequeño pueblo del Pirineo - se han distinguido por su continuidad desde mediados del Siglo XII en que fué erigida su iglesia románica. A pesar de la lluvia, incansable invitada, no se recuerda de un año en que no se celebrasen.
Incluso durante la guerra civil, en que los hombres del pueblo optaron por esconderse en el monte en vista de lo precario de cualquier otra oferta, el día de las fiestas – un soleado día verano por primera vez en lustros - se aventuraron sin recelo a la plaza dónde les aguardaban las mozas. El único pasodoble que se consiguió bailar antes de la llegada de los soldados de turno fué uno de los más rápidos jamás recordados y posteriormente bautizado como el “temeroso”. Al parecer, éste se compuso de los tradicionales movimientos del pasodoble más unos memorables pasos a modo zancada dirigidos hacia al monte y que a pesar del paulatino alejamiento de la orquesta, las parejas en ningún momento perdieran ni el ritmo, ni la compostura.
Cuentan los más viejos que presenciaron el evento, que los soldados, boquiabiertos ante la rapidez del baile y la longitud de las zancadas quedaron petrificados e incapacitados para la persecución de los bailarines prófugos y sus parejas de baile. Voces de tal hazaña se extendieron por todo el territorio. Así pués, en otros pueblos de mucha más envergadura pero menos habilidad se representó el “temeroso” sin éxito alguno para infortunio de sus participantes, ignorantes ellos de que tal proeza venia inspirada por tiempos pretéritos.
Hablan los viejos de Basturs de las fiestas embarradas, parece ser que la lluvia se presentaba de invitada un año si otro también desde mediados del siglo XVIII, el bajo presupuesto del ayuntamiento junto a la tendencia de sus gentes al jolgorio pospuso el adoquinado de la plaza por décadas, a raiz de lo cual la plaza compuesta de arcilla se convertía en un barrizal. Tan solo la zona donde se situaba la orquesta se empedró tras las quejas de los músicos que tocaban bajo un precario tejado de paja. Mientras estos tocaban, las mozas y mozos del pueblo acostumbrados a la impávida lluvia bailaban durante días con el lodo hasta las rodillas.
Parece ser que el pasodoble era la melodía favorita de los lugareños y que durante su baile los botes que pegaban los bailarines junto con sus parejas para sortear los cúmulos de barro eran de un vigor, una belleza y una gracia sin igual, pareciendo que flotaban sobre un mar azorado por el viento.
Los pocos afortunados, que desafiando las inclemencias climáticas, presenciaron tal espectáculo aseguraban rotundamente que tan solo esas gentes con tal pasión por el baile, la juerga y la libertad podrían haber bailado el “temeroso” con la gracia y el éxito necesarios.
Saludos a todos
Xavi Mir
Videos de la Fiesta Mayor de Basturs
http://www.youtube.com/watch?v=hiDxvGHwRlA&feature=channel
http://www.youtube.com/watch?v=hvOR81FNNBw&feature=channel
Al final llevaste a las fiestas de tu pueblo un grupo irlandés,a ver si cuando vuelvas a las fiestas de Serdio, consigues que vengan por aqui y nos den un pequeño concierto. A San Vicente vienen todos los años The Chieftains...
ResponderEliminarEl año que viene los podemos traer, son amigos míos y gente del trabajo, Xavi es parte d la banda, no te has fijado Sandra?
ResponderEliminarQue pena haberme perdido las fiestas este anio jo. El articulo muy bueno, me parto con las fiestas embarradas! Saludos, Alejandra
ResponderEliminarSi vienen a Serdio The Beggarmen, tenéis el éxito asegurado. Este año hemos tenido superhábit y todo. Creo que el séquito de irlandeses ayudó a vaciar las neveras!
ResponderEliminarNo sabía yo del Temeroso....ahora lo entiendo todo.
Saludos Sílvia!
Ester Mir.