Desde nuestro blog queremos aprovechar esta ocasión para felicitar a la selección española que anoche vivió el momento más álgido en su historia al proclamarse Campeona del Mundo de Fútbol, deporte por excelencia.
En estos tiempos, donde el carácter de las naciones se ‘razona’ en estadios, nuestra selección ganó, en el último suspiro, la última batalla que de un tiempo acá viene librando.
Lo de anoche no ha sido simplemente buena suerte, siempre tan importante en fútbol a la hora de decidir un partido, si no la culminación de una trayectoria impecable a través de los 54 últimos partidos (de los cuales sólo dos ha perdido) hasta que gloriosamente pudo inscribir su nombre entre los grandes del fútbol mundial.
Ayer noche, todos estábamos pendientes en España y en el extranjero. Después de las controversias que normalmente acompañan a una final de este calibre, reporteros de todo el mundo estuvieron de acuerdo en una cosa: anoche el mejor fútbol y los mejores valores del deporte recibieron su más merecida recompensa.
Nuestros jugadores no sólo han derrochado calidad, elegancia y técnica en sus maravillosos pases, si no también representan un claro ejemplo de trabajo duro, perseverancia, fuerza de voluntad, abundantes dosis de humildad y respeto, así como de trabajo en equipo y compañerismo. Durante todo el torneo, y a la par que sus destrezas con el balón, su fútbol lleva el inconfundible sello de los auténticos valores del deporte. De todas maneras habría que dar crédito al fútbol Holandés, pero al de hace casi tres décadas!, con Cruyff a la cabeza, que primó el trato del balón con cariño y lo implantó en la escuela del F.C Barcelona. La herencia está ahora en los pies de esta generación de jugadores y de toda España, donde antes solo había “furia”. Y que perviva.
Hasta ayer nuestra selección solo había acumulado 3 tarjetas amarillas. Clara evidencia de un juego limpio. En total han acabado el torneo con 7 tarjetas amarillas, cuatro de ellas adquiridas durante el último partido en una noche un tanto problemática: dos reales y otras dos, como diría un gallego ‘de aquella manera’: una por perder tiempo en los últimos minutos y otra a Andrés Iniesta, la estrella, por quitarse la camiseta en un emotivo recuerdo a su fallecido amigo Daniel Jarque.
En general lo que cuenta es que el mejor fútbol se impuso. Aunque lo que debería permanecer, más allá la vanidad que acompaña a este tipo de victorias heroicas, son los valores que este equipo ha demostrado. Valores que deseo pasen de generación en generación a nuestras juventudes, porque eso es, al fin y al cabo, lo más importante, la idea principal o ‘the big picture’. Lo que en realidad hace grande a una nación o colectivo.
Me quedo con los abrazos y las lágrimas de alegría de los jugadores y las de los fans de “La Roja” que después del largo camino ponen un broche final a un mundial y a una gran victoria al estilo L’Oreal: Porque lo merecemos!!!!.
SSC and company 12Julio 2010
'Todos los rivales, salvo Alemania, trataron de neutralizar con faltas la creatividad española' (www.Elpais.com)
ResponderEliminarPor fin la sofisticacion llego a nuestra seleccion. Todavia recuerdo en los 80s y 90s esa pandilla de brutos dandole al balon cuando no a las piernas del adversario. ESo si sin orden ni para una cosa ni la otra.
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