Sólo se apagó 20 minutos durante una mudanza.
Es una reliquia de una época en las que las cosas se hacían para durar: una bombilla en Livermore (California) lleva 107 años encendida, un récord mundial, y hoy es una de las principales atracciones turísticas de la ciudad. Se trata además de uno de los primeros ejemplares de una tecnología en extinción, pues las bombillas tal y como las conocemos van siendo sustituidas por soluciones energéticas más eficientes como las lámparas con OLED o las bombillas de bajo consumo.
La bombilla de Livermore ha iluminado durante más de un millón de horas la estación de bomberos de Livermore-Pleasanton y aunque su potencia es muy baja -sólo 4 vatios- para los bomberos de la comunidad simboliza el valor de estar de servicio 24 horas al día.
Los bomberos han instalado una cámara web (www.centennialbulb.org) para que los internautas comprueben que la bombilla no se apaga nunca.
La "bombilla centenaria", como se la conoce en EEUU, ha entrado en el libro Guiness de los récords y superado la anterior marca en poder de una bombilla tejana encendida por primera vez en 1908. "Yo creo que el secreto de nuestra bombilla es cómo está fabricada", dijo Jorgerson. "Además, nunca se enciende ni se apaga con lo que se elimina el calentamiento".
Aunque las autoridades de Livermore aseguran con orgullo que ha estado siempre encendida durante estos 107 años, la bombilla estuvo en realidad apagada durante 22 minutos en 1976, cuando el cuerpo de bomberos trasladó su sede.
Según contaron los bomberos de la localidad al diario Los Angeles Times, el traslado requirió un convoy policial y la habilidad del electricista oficial del ayuntamiento, que construyó un caja especial de madera para transportar la bombilla y su casquillo.
Cuando volvieron a conectarla, no se encendió y todos contuvieron la respiración pensando que había sido un error trasladarla...hasta que el electricista accionó un interruptor y la luz anaranjada y tenue de la bombilla volvió a iluminar la sala.
Según contaron los bomberos de la localidad al diario Los Angeles Times, el traslado requirió un convoy policial y la habilidad del electricista oficial del ayuntamiento, que construyó un caja especial de madera para transportar la bombilla y su casquillo.
Cuando volvieron a conectarla, no se encendió y todos contuvieron la respiración pensando que había sido un error trasladarla...hasta que el electricista accionó un interruptor y la luz anaranjada y tenue de la bombilla volvió a iluminar la sala.
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Información sacada de http://www.elpais.com/
cuando lei la noticia hace unos dias en un periodico local, pense:
ResponderEliminarya no se hacen cosas como las de antes, porque en mi casa se funden hasta las de bajo consumo.
lo tienen todo pensado para que gastemos hasta en bombillas.
nosotros sin un duro y ellos cada vez mas ricos.